No te dejes guiar por la primera vista y lee con detenimiento.
Tómate tu tiempo y examina qué es exactamente lo que vas a llevarte a la boca.
No te tomes los etiquetados a la ligera puesto que somos, literalmente, lo que comemos.
¿Un código indescifrable?
La etiqueta alimentos presenta una gran cantidad de información sobre las aportaciones nutricionales de ese producto en cuestión. De hecho, no pocos compradores se ven con que no son capaces de interpretar debidamente qué significa cada propiedad. Esto puede llegar a ser más grave cuando en lugar de una interpretación incompleta se produce una errónea.
Presta atención a los siguientes errores habituales, quizá te sientas identificado.
1. Vincular una ración con el producto completo. Esto es sumamente frecuente y se explica por no prestar la suficiente atención. Una gran cantidad de productos presentan un desglose nutricional por cada ración (por ejemplo, por 85 gramos sobre un total de 320). Lee con calma.
2. Las propiedades de los envases obedecen al marketing, no a la realidad. Los productos envasados pueden contar con vistosos mensajes en su cara principal informando sobre las elevadas cantidades de tal o cual vitamina o de los beneficiosos efectos del alimento. No obstante, echa un vistazo a la parte trasera para comprobar en qué proporciones reales están presentes esos nutrientes.
3. Perder propiedades y estar caducado no es lo mismo. Se trata de una de las luchas más antiguas entre las asociaciones de consumidores y la industria alimentaria. Determinadas etiquetas indican una fecha a partir de la cual el producto pierde algunas de sus propiedades (consumo preferente) pero no está caducado ni es perjudicial para la salud. Presta atención al llamado doble etiquetado.
4. Las calorías no son inmutables. La cantidad de calorías que presenta un alimento no tiene siempre la misma traducción práctica en nuestro organismo, puesto que cada tipo de producto facilita que la aportación calórica se absorba de distinta forma. La correcta interpretación de etiqueta de alimentos debe tener en cuenta que las calorías de las frutas y las de la bollería impactan de manera diferente.
Así mismo existen otros factores que influyen en la forma que el cuerpo asimila este alimento: la ingesta previa de alimentos, la hora del día en el que se consume, los alimentos con los que se acompaña, la técnica culinaria, etc…
Etiqueta alimentos: ¿Es el semáforo nutricional la solución?
La interpretación de etiqueta de alimentos debe tener en cuenta que los envoltorios de los productos son escaparates para la empresa fabricante y que lo que debe atraerte no es su diseño sino lo que contiene.
Existen iniciativas, encaminadas a facilitar la compresión por parte del consumidor con un etiquetado mediante una escala por colores, donde una visión rápida indicaría si tiene un contenido bajo (verde), medio (amarillo) o alto (Rojo).
Los colores también pueden emparejarse con la frecuencia de consumo: siempre (verde), ocasional (amarillo), esporádico (rojo).
Las APP como posible solución
Las APP van a transformar el proceso de compra del consumidor, mejorando su información y realizando advertencias tras leer la etiqueta, como por ejemplo Lookeat u otras opciones de APP
También existen opciones para personas que sufren alguna enfermedad de caracter metabólico
Hay APP para diabéticos, celiacos, intolerantes a la lactosa y un amplio etcétera.
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