No obstante, es un error muy común pensar que solo es beneficioso para el bebé, cuando en realidad la lactancia también tiene beneficios a corto y a largo plazo para la madre, lo que permite que alimentar a tu bebé se convierta, no solo en la continuación del proceso que se inició con la concepción y el embarazo, sino que ayuda a mejorar la salud de la madre y a recuperarse lo más pronto posible tras el parto.
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– Recuperación postparto más temprana: Los primeros días tras el parto son duros, la madre experimenta muchos cambios en su cuerpo para volver a la normalidad: entuertos, sangrados y otras molestias. Si esta opta por amamantar a su bebé es probable que estos se reduzcan. La oxitocina producida durante el amamantamiento hace que el útero se contraiga de forma natural volviendo más rápido a su tamaño natural.
– Protege de la depresión postparto. Es también la oxitocina segregada durante la lactancia materna lo que hace que las madres sientan apego, cariño y amor por su bebé, lo que reduce la aparición de una posible depresión.
– Ayuda a adelgazar. La lactancia combinada con una buena dieta y ejercicio, ayuda a perder esos kilos de más que se cogen durante el embarazo. Además dar de mamar consume entre 450 y 500 calorías al día.
– Menos riesgo de padecer un cáncer. Se ha comprobado que las madres que realizan la lactancia materna tienen menos riesgo de padecer un cáncer de útero, ovarios o de mama. Por cada año de lactancia se reduce en un 4,3% el riesgo de padecer esta enfermedad.
– Precio y tiempo. La leche materna es más económica que la leche artificial porque no tiene coste alguno y además ahorras tiempo al amamantar porque no necesita preparación.
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