
Los complementos alimenticios clave para una buena salud
Los complementos alimenticios de origen natural presentan numerosos beneficios para el organismo si se conocen sus propiedades y se integran debidamente en la dieta.
La vistosa etiqueta ‘natural’
Etiquetas como ‘natural’, ‘ecológico’ u ‘orgánico’ se han colado con una gran virulencia en el lenguaje con el que nos referimos a la alimentación en nuestros días. En cierto sentido, podemos hablar de un ‘boom’ de lo natural que, sin embargo, presenta numerosos aspectos que no son muy conocidos. A grandes rasgos, los complementos naturales serían aquellos productos en cuya producción o preparación no se ha utilizado ningún componente artificial. Estos complementos te beneficiarán si los consumes debidamente.
Una lista muy larga de complementos alimenticios
El catálogo de complementos alimenticios es muy largo y variado, encontrando alternativas procedentes tanto de la tierra como del mar. En el primer grupo podemos destacar la tisana (que ayuda a relajarse si se consume en infusión y a tratar quemaduras y rozaduras como crema o ungüento), las semillas de lino (contra el estreñimiento), la lecitina (facilita la absorción de vitamina A) o el polen (como antibacteriano). En el segundo destacan las variadas propiedades de las algas y los ácidos grasos presentes en la grasa de algunos peces.
Confusiones habituales
Hablar de complementos de origen natural suele derivar en abordar una larga relación de plantas y raíces que sirven para todo. No obstante, esto no serían, sensu estricto, complementos nutricionales sino remedios vegetales. Los complementos sirven para enriquecer una dieta con objeto de favorecer la adquisición de propiedades que no se consumen de manera habitual por otras vías (o para adquirirlas sin necesidad de abusar de determinados alimentos ricos en ellas).
Lo que ganas
Realizadas las aclaraciones pertinentes, los complementos alimenticios te aportan exactamente aquello de lo que careces. Ni más ni menos. Por ello es muy importante seleccionar cuidadosamente los productos que se van a consumir, teniendo claro cuáles son sus propiedades y qué nos aportan. No deja de ser recomendable consultar a una especialista antes de preparar una dieta a medio o largo plazo.
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