
Inteligencia humana. ¿Somos cada vez más listos?
Entre las tendencias y las polémicas
La inteligencia humana y las capacidades de las personas para superarse en muchos ámbitos han ocupado muchas horas de investigación y han llenado millones de páginas de conclusiones que, sin embargo, no han sido nunca totalmente aceptadas como infalibles. ¿Es el ser humano más listo hoy que hace cien años? ¿Y que hace mil? Existen sólidos argumentos para responder afirmativa o negativamente a estas cuestiones.
Algunos investigadores sostienen que es innegable que el hombre actual cuenta con muchas más destrezas y que su capacidad intelectual es mucho mayor que hace varios milenios. Aquí incluiríamos al famoso James Robert Flynn que, examinando distintas generaciones de personas a mediados del s. XX y proyectando estos datos hacia el pasado, concluyó que la inteligencia de la humanidad avanza de manera lenta e intermitente pero, en última instancia, inexorable.
Frente a esta visión, otros estudiosos, como los de la Universidad de Stanford, ponen en cuarentena la euforia por el progreso de las capacidades humanas. Según sus tesis, las personas pueden realizar hoy muchas más actividades complejas que hace siglos pero ello es gracias al desarrollo tecnológico. Es más, las crecientes facilidades que los hombres encuentran en su día a día gracias a la tecnología estarían propiciando el efecto inverso, esto es, reducir la capacidad intelectual humana.
Qué influye en el desarrollo de la inteligencia humana
Generalmente, cuando se dice que alguien es listo es porque la persona en cuestión encuentra mayores facilidades que otras de cara a resolver problemas, interpretar situaciones o conseguir exactamente lo que quiere. Aquí sí que hay un consenso bastante generalizado sobre si estas habilidades son genéticas, si deben entrenarse o si vienen motivadas por el contexto de cada persona.
Los antropólogos, como el citado Flynn, aseguran que no hay grandes diferencias entre las capacidades medias de las personas y que condicionantes como la posibilidad de acceder a una educación de calidad o el ambiente social en el que se lleva a cabo el desarrollo emocional de una persona son los verdaderos factores determinantes. Otra conclusión interesante, es que la diversidad genética parece contribuir a desarrollar una mayor capacidad intelectual.
Los partidarios de que el hombre es cada vez más inteligente aseguran que la historia pondría de manifiesto que a medida que las personas de diferentes razas y procedencias han ido entrando en contacto, el aumento de las habilidades ha sido más acusado. Sin embargo, las numerosas excepciones mantienen el debate completamente abierto.